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Lo siguiente es un conjunto de consejos y recomendaciones para guiarte durante tu sesión. lee estos mensajes en silencio, solo para ti...

Al seguir este método vas a experimentar las nalgadas de una forma diferente a la que probablemente estás acostumbrada. En el fondo, no se trata de castigo ni de someterte pasivamente a tu pareja—aunque al principio pueda sentirse así. Al final, se trata de crecer personalmente y fortalecer la conexión con él de una manera íntima.

Lo sé, suena totalmente contradictorio. ¿Cómo más se podría ver las nalgadas que no sea como algo de dominación? Pero mira, así es como puedes cambiar esa perspectiva...

Tu objetivo será comunicarte libremente con él durante las nalgadas. Deja que cada nalgada se sienta no como un castigo, sino como una liberación, como si él estuviera sacando verdades de ti y ayudándote a soltar lo que has estado guardando.

Es un momento único donde tu pareja puede ser tu amante… y tu terapeuta chispeante.

La posición que elijas para recibir las nalgadas depende de ti. Pero te recomiendo que apoyes todo tu peso sobre su regazo para que te sientas más conectada con él, como si estuvieras bajo su cuidado.

Ilustración de la posición

Si la idea de inclinarte sobre su regazo y dejarle las nalgas pelonas te hace sentir avergonzada o expuesta, es totalmente comprensible, pero en parte de eso se trata. Muchas veces, es en los momentos de vulnerabilidad cuando conectamos con nuestra versión más auténtica y honesta; de hecho, lo que quieres es entregarte a esa sensación.

Puedes hablar de metas que quieras alcanzar en la relación, culpas del pasado, cosas que quieras mejorar de ti misma, o simplemente lo que te venga a la cabeza.

En vez de verlo como un lugar para confesiones forzadas, permite que una mezcla de emociones fluya de forma natural en ti. Si solo le dices cosas por las que te sientes culpable o quieres disculparte, se va a sentir forzado e insincero. Y si solo le dices cosas positivas, él no va a ver que estás creciendo como persona… como novia

Con la comunicación adecuada, cuando están en la misma sintonía, cada palmada en tu trasero va a sentirse catártica, no como una forma de desquitarse.

Y si sientes que tu chico está como desquitándose con tu trasero de una forma mala y eso no te gusta, háblalo con él. Dile cómo quieres que te dé las nalgadas. Esta es tu sesión de terapia, no la de él.

Con suficiente comunicación, puedes cambiar completamente la vibra. No eres una mujer sumisa ni un simple juguete. Estás dando la cara como una mujer que está lista para hacer el trabajo, ya sea por compromiso con él—o más importante—contigo misma.

No eres una chica débil ni un simple juguete. Estás dando la cara como una mujer preparada para hacer el esfuerzo, por compromiso con él—o aún más importante—contigo misma.

Deja atrás la sumisión que te hace sentir inferior. Moldea la que te haga sentir femenina, sexy y decidida.

Cuando te sientas más cómoda, aprovecha este espacio para hacerte preguntas que a menudo evitas: ¿Qué cargas innecesarias estoy llevando? ¿Qué necesito perdonarme? ¿Qué quiero cambiar para crecer como persona y como pareja?

Si llegaste hasta aquí, felicitaciones! Esto estaba pensado para darte un poco de orientación, pero te dejo a ti la tarea de encontrar tu propio camino y hacer que esta experiencia sea tuya. Con suerte, esto te hará proporcionado algunas ideas nuevas sobre cómo experimentar las nalgadas de una manera más matizada.

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